8 malos hábitos que no conoces te están convirtiendo en un jefe terrible
8 malos hábitos que no conoces te están convirtiendo en un jefe terrible
¿Alguna vez has tenido la sensación de que todos los demás en el trabajo te odian? Todo el mundo odia a su jefe, ¿verdad? No tan. Si realiza su trabajo correctamente, los miembros de su equipo deben sentirse cómodos a su alrededor, no con ganas de arrojarlo desde lo alto del edificio de oficinas. ¿Que estas haciendo mal? Considere estos malos hábitos que lo están convirtiendo en un jefe terrible.
1. No se comunica bien (pero espera que sus empleados lo hagan)
Sabes muy bien que no puedes leer la mente de un empleado. Entonces, ¿por qué espera que los miembros de su equipo lean el suyo? Es frustrante para todos cuando hay poca comunicación. Cuando regaña a los empleados por no comunicarse bien, pero también es culpable de ello, el entorno de trabajo se vuelve rápidamente negativo y estresante.
Para comenzar a comunicarse mejor, considere estos consejos:
- Reserve tiempo para comunicarse. Dedique al menos 15 minutos al día a entablar una conversación informal con los empleados para crear una atmósfera cómoda. Considere tener una reunión individual semanal con individuos o grupos para discutir inquietudes dentro del equipo.
- Asegúrese de que la gente entienda su mensaje. Antes de comenzar a hablar con los miembros de su equipo, evalúe sus propias habilidades y prepárese para transmitir el mensaje completo. Deje el piso abierto para preguntas en caso de que no haya sido claro.
- Reconoce el buen trabajo. Si los únicos mensajes que envía son negativos, los empleados comenzarán a poner los ojos en blanco y a ignorarlo. Cree un entorno en el que se le escuche compartiendo mensajes positivos, como elogiar a los empleados personalmente.
- Escuche a sus empleados. Comunicarse bien no se trata solo de compartir su mensaje. Asegúrese de escuchar lo que los demás miembros del equipo tienen que decir, de tomar las aportaciones en serio y de tomar medidas si es necesario.
2. Promociona a las personas antes de que estén listas
Si bien ofrecer promociones e incentivos es una excelente manera de crear un entorno positivo, puede dañar a su equipo si promueve a las personas antes de que estén listas. Esto puede llevar a empleados estresados que no pueden realizar su trabajo de manera adecuada, dejando a todos con una mala actitud.
Antes de dar promociones, pruebe las habilidades de sus empleados. Puede hacer arreglos para que un empleado lo cubra para que pueda ver cuán capaz es de asumir un papel más importante. Déjeles participar en algunas decisiones de gestión para ver cómo las manejan. Si un empleado no puede manejar estas pequeñas tareas, ciertamente no está listo para asumir una promoción de tiempo completo.
3. Se enorgullece demasiado de su papel
Estar en una posición de poder es a menudo un gran sentimiento, pero dejar que se te suba a la cabeza puede volver rápidamente a la gente en tu contra. Si te pavoneas por la oficina como si fueras un rey y esperas que tus empleados se inclinen a tus pies y besen tu anillo mientras pasas, la gente probablemente escupirá en tu café. El hecho de que ocupe una posición más alta que los demás no significa que sea mejor que ellos.
Hágales saber a sus empleados que su función es tan importante como la suya alabando sus contribuciones, distribuyendo la riqueza de la empresa de manera justa y creando un entorno de igualdad con cosas como compartir una sala de descanso.
4. No comparte su visión lo suficiente
Es posible que tenga la hoja de ruta perfecta dibujada en su mente sobre cómo se supone que debe verse el proyecto final. Pero nuevamente, los empleados no pueden leer su mente. Si no les dice lo que espera, ¿cómo sabrán qué entregar? En lugar de simplemente decir: «Ponte manos a la obra», asegúrate de que tus empleados sepan exactamente cómo llegar del punto A al punto B compartiendo cómo imaginas el producto final. Aplique esta práctica a cualquier cosa, desde proyectos para clientes hasta ejercicios de formación de equipos a largo plazo.
5. Crees que lo sabes todo
Actuar como un sabelotodo solo molestará a sus empleados. Si crees que lo sabes todo sobre todo, tendrán miedo de compartir sus ideas por temor a que las rechaces. En su lugar, permita que sus empleados expresen sus opiniones y asegúrese de abordar la situación con una mente abierta. Nunca sabes lo que podrías aprender de los demás simplemente aceptando que ellos tienen un conocimiento que tú no.
6. No le da libertad a sus empleados
Algunos jefes establecen reglas tan estrictas que los empleados sienten que están en el ejército. Deje de actuar como un sargento de instrucción y comience a tratar a sus empleados como los adultos que son. Los estudios muestran que los empleados a los que se les da más libertad son más felices, más saludables y más productivos que aquellos con un conjunto estricto de reglas. Considere estas ideas para permitir más libertad sin sacrificar la productividad de los empleados:
- Renuncie al 9–5 y deje que los empleados elijan su propio horario.
- Establezca una cierta cantidad de tiempo para el almuerzo, pero deje que los empleados lo tomen cuando lo deseen.
- Implemente un programa BYOD para brindar a los empleados flexibilidad con sus dispositivos móviles.
- Permita que los empleados escuchen música mientras están en el trabajo. Aumentará su satisfacción y productividad en el trabajo. [Source]
- Cree una opción de trabajo desde casa mediante la cual los empleados puedan trabajar de forma remota un día o más a la semana.
- No insista en los empleados cuando están hablando por teléfono. ¡Las pausas breves para Internet o para enviar mensajes de texto pueden hacerlos más productivos! [Source]
7. Promueves la competencia
Un poco de competencia puede ser algo bueno y motivar a los empleados, pero cuando constantemente enfrenta a grupos entre sí, la competencia puede volverse feroz. Esto crea efectivamente un ambiente negativo lleno de drama. En lugar de promover la competencia contra otros empleados, motive a su equipo alabando el trabajo basado en el individuo, no en cómo se compara con los demás.
8. Te llevas todo el crédito
¿Alguna vez ha sido elogiado por un proyecto por un cliente o alguien superior solo para decir algo como, “Gracias, señor. Trabajé muy duro en eso «. ¿Se da cuenta de que no se menciona a los miembros de su equipo? Si se atribuye el mérito de todas sus tareas delegadas, la gente no querrá quedarse en su equipo. Otorgue crédito a quien se lo merece al hablar sobre su equipo o miembros específicos del equipo, dependiendo de quién realmente hizo el trabajo.
Ser un gran jefe es un trabajo duro. Si evita estos malos hábitos, será mucho más fácil convertirse en un jefe que le guste a la gente.
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