5 trucos para acelerar el proceso de aprendizaje
5 trucos para acelerar el proceso de aprendizaje
La capacidad de aprender cosas rápidamente es un gran activo. Las personas que pueden comprender rápidamente nuevos conceptos, aprender y aplicar habilidades nuevas y efectivas y procesar nueva información en un corto período de tiempo tienen una clara ventaja sobre aquellos que luchan por aprender.
¿El aprendizaje rápido está reservado para una minoría selecta, dotada del don del intelecto que pocos poseen? ¿Está disponible solo para los «genios» entre nosotros?
La respuesta es no.»
Cada uno de nosotros puede aprender a aprender más rápido, y existen algunas herramientas simples que pueden ayudarnos. Si estas herramientas están comprometidas con el dominio a través del hábito, producirán resultados masivos en nuestra capacidad para aprender conceptos más rápido, procesar nueva información en menos tiempo y expandir rápidamente nuestras habilidades y conocimientos.
Entonces, sin demora, aquí hay 5 trucos para acelerar el proceso de aprendizaje:
1. Concéntrate en el número de repeticiones, no en la cantidad de tiempo que practicamos.
Cuando decimos que “estudiamos durante cinco horas seguidas”, muchas veces nos estamos engañando a nosotros mismos. ¿Cuánto de esas cinco horas se dedicó a la atención enfocada? ¿Cuánto tiempo dedicamos a distracciones, como revisar nuestro correo electrónico, Facebook o Twitter? La clave no es el tiempo que dedicamos a aprender algo. La clave es la cantidad de repeticiones de aprendizaje que nos involucramos.
La repetición es una de las palancas más poderosas que tenemos porque conecta nuestro cerebro. El poder de la repetición es bien conocido por los mejores artistas, atletas, músicos y militares. El tiempo empleado no es tan importante como el número de repeticiones.
Así que aquí está el primer paso: deshacerse del reloj. En cambio, enfoca tu atención en completar repeticiones. En lugar de decir: «Estudiaré mis notas durante dos horas», diga: «Leeré mis notas, línea por línea, tres veces de principio a fin». Esto hace que centres tu atención en los resultados. También elimina la “ilusión de efectividad” porque no te puedes engañar a ti mismo. O completaste la tarea, o no la hiciste.
2. Divide todo en trozos pequeños.
El autor y experto en talentos Daniel Coyle, en su libro más vendido, The Talent Code, dice que “los trozos son para la habilidad lo que las letras del alfabeto son para el lenguaje. Solos, cada uno es casi inútil, pero cuando se combinan en fragmentos más grandes (palabras), y cuando esos fragmentos se combinan en cosas aún más grandes (oraciones, párrafos), pueden construir algo complejo y hermoso”. La fragmentación es importante porque es la forma en que nuestro cerebro aprende. Cada habilidad o pieza de conocimiento que alcanzamos se compone de muchas piezas más pequeñas, o fragmentos, de información.
Una de las primeras cosas que debemos hacer cuando intentamos aprender algo nuevo es dividir el material o la tarea en muchos fragmentos pequeños. Hágalo para toda la tarea o material. Lo que nos queda entonces es un montón de pequeños trozos. Una vez hecho esto procedemos al paso tres.
3. Perfeccione cada fragmento y luego cree una «cadena de fragmentos».
Ahora que tenemos un montón de fragmentos, podemos proceder a dominar cada fragmento individual por sí solo. Esto es en lo que enfocamos nuestras repeticiones (ver paso 1). La tarea o habilidad que estamos tratando de aprender se compone de un montón de partes más pequeñas. Hemos determinado en qué consisten esas partes más pequeñas, ahora simplemente perfeccionamos cada parte por sí sola, y a medida que perfeccionamos las partes formamos un cadena de trozos. Aquí es donde comenzamos a construir sobre cada fragmento con otro fragmento y, con el tiempo, dominaremos por completo todo el proceso.
Lo más importante, al hacerlo de esta manera, encontraremos que dominamos el proceso mucho más rápido que si tratáramos de memorizar toda la tarea por sí solo. Por lo tanto, dado que hemos construido una cadena de fragmentos, podemos ver cómo cada pieza individual se relaciona con las otras piezas. Esto nos da una comprensión compleja de la tarea o el material y nos permite una capacidad de recuperación rápida en el futuro.
4. Convierte el proceso de aprendizaje en un juego, con reglas y recompensas.
Nos gustan los juegos y a nuestro cerebro le gustan los juegos. Cuando el aprendizaje se convierte en un juego agradable, el tiempo se detiene y nos sumergimos en las repeticiones del material. Entonces, si estamos tratando de aprender algo nuevo, una estrategia efectiva es «jugar». Crear un juego que podamos jugar. Establezca las reglas del juego y cree un sistema de recompensas (esta es otra cosa muy importante ya que al cerebro le encantan las recompensas).
Las recompensas son la base de la formación de hábitos, como señaló Charles Duhigg en su libro más vendido, El poder de los hábitos. Una vez que un comportamiento se convierte en un hábito, lo realizamos mucho más fácil y rápido. Si podemos crear un sistema de recompensas basado en un juego a partir del proceso de aprendizaje, entonces podemos cristalizar el aprendizaje como un hábito y aprenderemos más rápido. Daniel Coyle, con respecto a la importancia de los juegos en el aprendizaje también señala:
5. Repetir las «ráfagas de enfoque», en las que damos nuestro mejor esfuerzo durante un período corto de tiempo, luego tomamos descansos gratificantes y refrescantes.
Existen múltiples estudios que confirman que el descanso adecuado aumenta el funcionamiento cerebral. La típica sesión nocturna inducida por la cafeína en la que la mayoría de los estudiantes participan al menos una vez en su vida no es la forma más efectiva de aprender.
De hecho, hay evidencia que sugiere que es la forma menos efectiva. Si queremos aprender algo rápidamente, debemos hacerlo cuando nuestras mentes estén frescas. Necesitamos participar en «explosiones de enfoque» en las que, con energía fresca y una mente bien descansada, enfocamos toda nuestra atención en aprender, perfeccionar y vincular los fragmentos (consulte el paso 3). Luego, cuando comenzamos a sentir que nuestra eficacia se disipa, tomamos descansos para recargarnos.
Ráfaga de enfoque, recarga, ráfaga de enfoque, recarga. Una y otra vez. Esta es la manera de acelerar el proceso de aprendizaje. Las largas sesiones de estudio no son tan efectivas como las ráfagas cortas.
En sesiones largas, somos propensos a la distracción, y también somos propensos a concentrarnos en el tiempo en lugar de las repeticiones. Sin embargo, si nos entrenamos para aprender como entrena un atleta de alto nivel (en partes más pequeñas y de alta intensidad), estaremos muy contentos con los resultados que obtengamos.
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