10 señales de un hacedor (y cómo ser bueno)

10 señales de un hacedor (y cómo ser bueno)

Los hacedores se consideran extremadamente valiosos en grupos y organizaciones. Son los chicos y chicas a los que acudir cuando surgen problemas. Descubre si tienes las 10 señales de un hacedor y aprende a ser mejor.

1. Comienzas a trabajar con objetivos claros en mente.

Los buenos hacedores no se sumergen en un proyecto sin pensar. Controlan su entusiasmo el tiempo suficiente para formular objetivos y elaborar un plan para tener éxito en lo que sea que se propongan hacer. Los buenos hacedores se dan suficiente tiempo para pensar y planificar.

2. Mide tu propia productividad.

Los buenos hacedores saben cómo medir su propia productividad y deleitarse con ella. La mayoría incluso tiene un sistema de «puntuación» personal e interno. Seguir su propio progreso les brinda un entorno de trabajo desafiante, lo que los anima a trabajar más duro. Los buenos hacedores encuentran y usan herramientas para ayudar a medir su productividad (como Toggl y RescueTime).

3. Te gusta sentirte ocupado pero te gusta más ver resultados.

A los buenos hacedores les encanta esa sensación de estar «ocupados», pero no permiten que nuble su juicio. Necesitan ver resultados tangibles que muestren que el trabajo está hecho. Para garantizar que sus esfuerzos no se desperdicien, utilizan líneas de tiempo para realizar un seguimiento del progreso.

4. Sabes equilibrar calidad y cantidad.

Los buenos hacedores no escatiman en calidad a pesar de su entusiasmo por hacer más. Aunque prosperan con una mayor productividad medida en números, también se aseguran de establecer estándares de calidad. Cuando trabajan en un proyecto, realizan una autoevaluación periódica o le piden retroalimentación a una persona de confianza.

5. Creas tu propia motivación.

Los buenos hacedores están motivados. Esperan trabajar duro y mejorar su «puntuación» interna. Aprovechan este maravilloso rasgo al establecer metas cada vez más desafiantes cada vez que terminan un proyecto. También son lo suficientemente humildes como para usar herramientas que les ayuden a alcanzar sus metas.

6. Le gusta estar rodeado de otras personas trabajadoras.

A los buenos hacedores les gusta trabajar con otros buenos hacedores, especialmente si comparten los mismos objetivos. Saben que trabajar juntos es la mejor oportunidad para competir y cooperar sin que nadie se sienta perdido. Encuentran, o mejor aún, crean una comunidad alentadora de personas que comparten los mismos objetivos que ellos, como GoalChiever.

7. Eres voluntario.

Los buenos hacedores son voluntarios «naturales». Les gusta participar en actividades que requieren trabajo real, incluso sin remuneración. Y si bien el voluntariado es excelente, los buenos hacedores se aseguran de dejar suficiente tiempo para ellos mismos. Programan su trabajo voluntario adecuadamente para no cansarse.

8. Tu personalidad se inclina hacia la extroversión.

La mayoría de los buenos hacedores son extrovertidos, especialmente cuando el trabajo en cuestión requiere la compañía constante de muchas personas. Tienen una reserva casi perpetua de energía que enciende el entusiasmo en los demás.

Pero esto no significa que los introvertidos no sean hacedores. En realidad, los introvertidos dominan cuando se trata de hacer trabajo (y jugar) en solitario. ¡Esto significa que los empleadores no deberían ser tan rápidos para juzgar a los empleados tranquilos!

9. Enseñas a través de la acción.

Los buenos hacedores prefieren enseñar, sí, haciendo. Demuestran en lugar de explicar y, a menudo, alientan a sus estudiantes o aprendices a aprender trabajando.

Como esto no siempre es algo bueno, los buenos hacedores se aseguran de animar a quienquiera que estén enseñando a hacer preguntas. Se toman el tiempo para responderlas y dar su opinión también.

10. Valoras la importancia de celebrar los logros.

Los buenos hacedores saben cuándo dejar de trabajar. Crean oportunidades regulares para celebrar sus logros y progresos y se dan tiempo para descansar y recargar sus cuerpos.

Los emprendedores tienden a querer pasar al siguiente desafío justo después de terminar el último. Pero los buenos hacedores se aseguran de reconocer sus éxitos haciendo que la celebración sea parte del plan desde el principio.

Si bien los hacedores no son perfectos, no se puede negar que poseen algunas grandes cualidades de las que podríamos usar más. Entonces, si muestra los signos de un hacedor, aprenda y aprecie sus fortalezas y trabaje en sus debilidades. El mundo necesita que uses tus cualidades únicas.