Cómo manejar los conflictos de personalidad en el trabajo
Cómo manejar los conflictos de personalidad en el trabajo
En algún momento de nuestra vida profesional, la mayoría de nosotros tendremos que tratar con personas que simplemente no nos agradan o con las que parece que no nos llevamos bien. Lo más probable es que un choque de personalidades esté en la raíz de estos conflictos. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, a veces parece que no podemos hacer que funcione. El desafortunado resultado es que la calidad y el disfrute de nuestro trabajo se resiente y nuestros niveles de estrés se disparan. En la mayoría de los casos, cuando ocurren conflictos de personalidad en el lugar de trabajo, todo el equipo también se ve afectado.
Diferentes tipos de conflictos de personalidad
Diferencias de estilo de trabajo: las personas trabajan de diferentes maneras. Eso es sólo una realidad en el lugar de trabajo. Algunas personas trabajan rápidamente, completando sus tareas tan pronto como se les asignan, mientras que a otras les gusta la prisa de esperar hasta que se avecina la fecha límite. A algunos les gusta trabajar primero en lo que les atrae, mientras que otros prefieren trabajar metódicamente en su lista de verificación paso a paso.
Las diferencias de antecedentes: el género, la etnia, el estatus socioeconómico, las opiniones políticas y los antecedentes religiosos pueden hacer que las personas vean las situaciones desde diferentes perspectivas. Nuestra percepción está determinada en gran parte por nuestras experiencias y creencias personales. Estas diferencias de perspectiva tienen un gran impacto en la forma en que interactuamos con los demás.
Las diferencias de actitud: el cinismo, la arrogancia y la irritabilidad contribuyen a una actitud de negatividad. Una actitud negativa interfiere con la comunicación efectiva. Nadie quiere estar cerca de una persona terriblemente negativa. Si usted es un tipo de persona naturalmente alegre y optimista, es posible que tenga dificultades para tratar con alguien que tiene una actitud negativa. Algunas personas se quejan constantemente, buscando fallas, mientras que otras buscan lo positivo y se enfocan en encontrar soluciones. Esto hace que la colaboración sea extremadamente difícil.
Diferencias competitivas versus cooperativas: algunas personas sienten la necesidad de competir y compararse constantemente, mientras que otras buscan cooperar y trabajar juntas, en lugar de enfrentarse entre sí. Es muy difícil trabajar con personas que son condescendientes, mezquinas, presuntuosas y agresivas. La actitud constante de socavar y superar puede ser muy agotadora. Cuando la actitud competitiva se lleva al extremo, puede resultar en un sabotaje intencional, que pone a la otra persona en un estado perpetuamente defensivo.
Consecuencias de los conflictos de personalidad
Los conflictos de personalidad existen, eso es un hecho. Sin embargo, es importante darse cuenta de que puede haber graves consecuencias cuando las personalidades chocan.
Estrés: tener que lidiar con choques de personalidad provoca mucha tensión y ansiedad. Estar en un estado constante de alerta, preparándose para la próxima interacción desagradable, puede causar tensión tanto física como mental. En determinadas situaciones, este estrés puede tener un impacto físico real en la salud. A veces, el nivel de estrés es insoportable, lo que hace que los trabajadores abandonen sus puestos de trabajo.
Menor productividad: cuando los miembros del equipo están en conflicto entre sí, ese conflicto tiene un efecto negativo en todo el proyecto. El conflicto consume energía y reduce la productividad. La eficacia de los equipos depende en gran medida de su capacidad para trabajar de manera cooperativa. Cuando se interrumpe esa cooperación, se resiente el progreso de todo el equipo. Ya sea que el choque sea abiertamente obvio o sutil, los conflictos de personalidad afectan la moral del equipo y, a veces, de toda la oficina.
Manejar los choques de personalidad
La buena noticia es que, si bien los conflictos en el lugar de trabajo son inevitables, existen formas de minimizarlos.
Algunas cosas para tener en mente:
- Tu camino no siempre es el correcto, y tu personalidad no es necesariamente la “normal”.
- Excepto que, la gente tiene diferentes perspectivas. Todos son válidos.
- Diferentes personalidades, si se manejan correctamente, pueden fortalecer un equipo aportando diferentes ideas y soluciones.
- Cuando los conflictos de personalidad han llegado al punto en que interfieren con la capacidad de trabajo, es necesario tratarlos.
Estrategias:
Aceptación: a veces todo lo que se necesita para calmar un conflicto de personalidad es un poco de amabilidad y comprensión. Cuando somos capaces de aceptar las diferencias de personalidad, a menudo desactiva la actitud defensiva y la fricción.
Manténgase profesional: compórtese de manera profesional. Sea tranquilo y cortés durante las interacciones. Incluso cuando existen diferencias de personalidad, si ambas partes siguen siendo profesionales, se puede evitar la confrontación. No es necesario que los compañeros de trabajo se agraden para trabajar juntos de manera efectiva. Sé profesional y no te lo tomes como algo personal. Cuida tu tono. Es importante asegurarse de que el tono de sus comunicaciones, ya sea en persona, por correo electrónico o por teléfono, sea apropiado y no hostil.
Encuentre la fuente: cuando surgen conflictos de personalidad, es importante determinar cuál es el verdadero problema. ¿Es solo una diferencia de opinión o hay un problema subyacente más serio? Es una buena idea abordar el problema directamente con la otra persona. Es importante que ambas partes sean conscientes y comprendan el conflicto para tener alguna esperanza de resolución.
Llévelo a la gerencia: si no ha podido resolver un conflicto de personalidad que interfiere con su trabajo, puede ser necesario que se lo comunique a la gerencia. A veces, la mediación efectiva de un tercero es todo lo que se necesita para calmar el conflicto. Algunas empresas ofrecen talleres o capacitaciones que enseñan a los compañeros de trabajo cómo sortear las dificultades y aprender a llevarse bien entre ellos, a pesar de las diferencias. Cuando esas estrategias no funcionan, puede ser necesario que la gerencia separe a las partes involucradas en el conflicto. A veces, puede ser posible simplemente asignar a las personas a diferentes proyectos o equipos. En casos extremos, puede ser necesario que una de las partes sea transferida a otro departamento o división para eliminar el contacto.
Los conflictos de personalidad pueden ser uno de los mayores desafíos en el lugar de trabajo. Los conflictos generalmente pueden disiparse mediante la aceptación, la comprensión, la acción apropiada y el profesionalismo. Es imperativo recordar que si bien no puedes controlar el comportamiento de otras personas, puedes controlar cómo reaccionas ante él. Cuando los conflictos se pueden resolver, el resultado es un lugar de trabajo más feliz y productivo. Lo importante es no permitir que los conflictos de personalidad y las relaciones laborales destructivas interfieran con su carrera. Abordarlos, resolverlos o, como último recurso, seguir adelante.