¿Eres tímido? Úsalo a tu favor

¿Eres tímido? Úsalo a tu favor

La timidez puede afectar cómo te sientes, piensas y actúas frente a los demás. Las investigaciones sobre la timidez informan que casi la mitad de los adultos se ven afectados por una timidez normal y hasta un 15 % por una timidez extrema. Aunque podrías pensar que eres la única persona tímida entre tus amigos, lo más probable es que muchos más sientan lo mismo por dentro.

¿Se encuentra evitando el contacto visual, riéndose nerviosamente o sintiéndose fuera de lugar cuando está con otras personas? Pensamientos como qué decir o no decir, con quién hablar y qué hacer cuando las cosas se sienten incómodas pueden correr a mil millas por hora dentro de tu cabeza. Recuerde, estas son solo algunas de las cosas que típicamente resultan en experimentar la timidez. Saber esto lo ayudará a comenzar a aprovechar el verdadero poder que la timidez puede aportar a su crecimiento personal y a sus relaciones.

El silencio es poderoso

Prestar toda la atención a otras personas mientras escuchas lo que tienen que decir puede tener un tremendo impacto en la conversación. Las personas tímidas a menudo no dicen cosas solo por hablar. Esto los convierte en oyentes increíbles. Al hacer que los demás se sientan escuchados, se sentirán capaces de confiar en usted y compartir más a nivel personal. Esto fomenta una conversación significativa y la oportunidad de conectarse genuinamente con los demás.

Estar en esta posición también aumenta su riqueza de conocimiento y comprensión de este mundo. Aprovecha la oportunidad de escuchar a los demás. Esto solo aumentará la consideración de sus respuestas cuando tenga algo que agregar, lo que hará que su impacto sea aún más influyente.

Aprovecha tu lenguaje no verbal

Hablar no es la única forma de transmitir un mensaje, o incluso de hacer amigos. Si la idea de una conversación te pone nervioso, usa tu lenguaje corporal no verbal para mostrar tu preocupación. Piensa en estar en una habitación llena de gente hablando con extraños. Es mucho más probable que te acerques a alguien que te sonría cálidamente, incluso si no tienes ganas de unirte.

El lenguaje no verbal es la clave para hacer que los demás se sientan más bienvenidos y relajados. Enviar una sonrisa que transmita «hola» puede hacer que la gente se encariñe con usted tanto como ser la línea de presentación más ingeniosa. Recuerda que el lenguaje corporal es contagioso y puedes ayudar a otros a sentirse cómodos a tu alrededor incluso sin decir una palabra.

Ayuda a otras personas tímidas

Todos nos hemos sentido tímidos en algún momento de nuestras vidas. No todos recordarán usar su experiencia para el bien. Las personas tímidas a menudo pueden recordar de forma aguda el nerviosismo que sienten en situaciones sociales nuevas. Si ese es su caso, mire su vida y vea si puede encontrar a alguien más que se acaba de unir a su lugar de trabajo, escuela o grupo social. Piense en un momento en el que se haya sentido ansioso por entrar en lo nuevo y desconocido, y en cómo habría apreciado cualquier ayuda para integrarse. La timidez es un gran regalo para vincularse con otras personas tímidas y una bendición para ayudar a aquellos que pueden experimentar lo que usted pasó.

Documenta tu viaje

La introspección es una segunda naturaleza para aquellos que experimentan timidez. Puede ser un arma de doble filo, especialmente si eliges enfocarte en el diálogo interno negativo que viene con ser tímido. Sin embargo, usarlo para aprender más sobre ti mismo y hacia dónde puedes llevarlo en el futuro es una herramienta extremadamente efectiva para el crecimiento personal.

Al usar su timidez como un trampolín para mirar hacia adelante, en lugar de un chivo expiatorio de los arrepentimientos en la vida, maximiza las oportunidades de aprender de lo que le dice su voz interior. Sentirse tímido es simplemente el principio, no el final. Decirse a sí mismo “Me siento tímido, ¿ahora qué?” puede ayudar a reconocer la incomodidad que surge de ciertas situaciones y reenfocar su mente en lo que realmente debe hacerse. Cuando aprendes a crecer a partir de experiencias pasadas, la timidez puede ser muy enriquecedora y ayudarte tanto a ti mismo como a los demás.