8 maneras de mantener la calma incluso si estás muy nervioso.
8 maneras de mantener la calma incluso si estás muy nervioso.
Hablar en público. Salto de bungee. Confrontar a un cliente difícil. Estos son solo algunos casos que pueden provocar escalofríos en la columna vertebral y sudor en las palmas de las manos.
Es normal sentirse nervioso antes o en medio de una empresa. Lo que separa a los mediocres de los notables es la capacidad de actuar a pesar de los nervios. Y estas son algunas formas de mantener la calma en situaciones nerviosas.
1. Reconocer y decidir
No tiene sentido pretender que los nervios no están ahí cuando te sientes paralizado por ellos. Identifícalo, reconócelo y acéptalo.
Incluso los mejores atletas se sienten nerviosos durante el día de la carrera. Incluso los oradores influyentes de primer nivel experimentan escalofríos antes de enfrentarse a la multitud.
Recuerda que está perfectamente bien sentirse nervioso antes de dar el salto; después de todo, eres humano. Sin embargo, no te quedes ahí. Decide en tu cabeza que no permitirías que tus nervios sacaran lo mejor de ti.
2. Segmentación
Una técnica que emplean los SEAL de la Marina de los EE. UU. para prosperar y operar en entornos de alto riesgo y estrés es la segmentación, que consiste simplemente en dividir una tarea aparentemente desalentadora en partes más digeribles y manejables.
Un ex SEAL habló sobre cómo usó la segmentación para pasar la semana infernal (uno de los entrenamientos militares más arduos y agotadores del mundo en el que los alumnos no duermen más de 4 horas durante 5 días y medio): En lugar de ver cómo pasaría todo el día, se animó y se comprometió a llegar solo a la hora del desayuno, luego a la hora del almuerzo y luego a la hora de la cena.
Por lo tanto, cada vez que enfrente una tarea abrumadora que lo ponga nervioso, divídala y trabaje en ella poco a poco.
3. Ensayos mentales y visualización
Imagínese tener que hacer una presentación frente a su empresa de 100 empleados. Realmente no has hablado en público con tanta frecuencia y ni siquiera estás seguro de si eres el orador más elocuente o carismático de la sala.
Te pones nervioso. Extremadamente nervioso.
En este punto, muchos pensarían que todo fallaría y se desmoronaría ante sus propios ojos: tropiezan al subir al escenario, el proyector explota, los miembros de la audiencia se burlan y les arrojan grapadoras de oficina.
No vayas por ese camino. Haz algo totalmente diferente.
Realiza ensayos mentales de ti mismo dando un discurso seguro y convincente. No solo practiques tu dirección físicamente, sino visualízate haciéndola en tu cabeza también.
4. Planificación de escenarios
En mis 2 años y medio en el ejército, nos enseñaron cómo responder a diferentes escenarios cuando estábamos, por ejemplo, patrullando una calle o limpiando un edificio.
La clave para la planificación de escenarios es anticipar los diferentes escenarios que pueden ocurrir y luego decidir su curso de acción cuando suceda ese escenario en particular. Lo importante es decidir lo que vas a hacer. incluso antes ese escenario sucede, de modo que cuando realmente ocurra, su respuesta sería una segunda naturaleza.
Por ejemplo, si derribamos la puerta de una patada al asaltar un edificio, ya sabemos cómo reaccionar si aparece un enemigo en una esquina: reaccionaríamos en consecuencia sin dudarlo. Simplemente no tenemos tiempo para considerar nuestras opciones en el acto cuando sucede algo; podría ser demasiado tarde.
Volviendo a la presentación de la empresa, anticipe lo que podría salir mal y proponga su curso de acción si es así. ¿Qué haces cuando de repente olvidas tus puntos? Podrías tener algunas tarjetas en tu bolsillo. ¿Qué haces cuando la computadora portátil falla? Podría tener uno de repuesto en espera o tener un plan para continuar sin usarlo.
5. Comienza con el final en mente
Cuando subes al escenario para hacer tu presentación, ¿cuál es tu propósito final? ¿Qué estás logrando? ¿Por qué estás haciendo la presentación en primer lugar?
Decide tu propósito y objetivo y mantén tus ojos en él. Todo lo demás es solo ruido y distracción.
6. Técnicas de respiración controlada
Es interesante que nuestro cuerpo afecta a nuestra mente y viceversa. Cuando piensas en el miedo, terminas sintiéndote asustado. Cuando te obligas a sonreír, tiendes a mejorar tu estado de ánimo general.
Las personas que están nerviosas suelen respirar de forma corta y superficial. Y tales patrones de respiración solo sirven para mantenerlos nerviosos.
Lo que podrías hacer es controlar deliberadamente tu respiración adoptando lo que yo llamo la técnica de respiración 4x4x4.
Inhala por la nariz durante 4 segundos (puedes contar diciendo en tu cabeza mil, dos mil, tres mil, cuatro mil), exhala por la boca durante 4 segundos y luego repite ese ciclo por 3 veces más .
7. Adopta una postura segura
La charla TED de Amy Cuddy arroja luz sobre cómo nuestra postura afecta nuestros niveles de confianza. Ella dice que adoptar una “postura de poder” (pararse con los brazos en las caderas como la Mujer Maravilla o los brazos extendidos) puede hacerte sentir más seguro y asertivo.
Cuando esté a punto de hacer algo y sienta los nervios, vaya a un lugar privado y tómese solo 2 minutos para adoptar una postura segura. Una vez hecho esto, ¡regresa y ponte en marcha!
8. Concéntrate en el trabajo, no en los nervios
Por último, pero no menos importante, a veces la mejor manera de superar los nervios es actuar en lugar de esperar a que los nervios desaparezcan.
Cuando haga una presentación pública, dé un paso audaz hacia adelante y dé el mejor discurso que jamás haya dado. Cuando se enfrente a un cliente difícil, tome el teléfono, haga la llamada y diga lo que necesita decir.
No te concentres en los nervios. Concéntrese en el trabajo que necesita hacer. No olvides por qué estás haciendo esa tarea en primer lugar. Aférrate a tu verdadero propósito y ve por el oro: ¡los nervios no tienen ninguna posibilidad!